EL ACUERDO DE PARÍS Y LA ACCIÓN DE LOS GOBIERNOS LOCALES
Los objetivos fijados en el Acuerdo de París, resultado de la 21a Conferencia de las Partes (COP) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, suponen un paso más en el avance hacia una economía baja en carbono a nivel mundial. El objetivo principal acordado es mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2ºC con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5ºC, reconociendo que ello reducirá considerablemente los riesgos y los efectos del Cambio Climático. Asimismo, se aumentará la capacidad de adaptación a los efectos adversos y se promoverá la resiliencia al clima.
Para alcanzar estos objetivos, uno de los requisitos fundamentales será reforzar y coordinar las políticas desde los ámbitos nacional, regional y local. Las ciudades juegan un papel fundamental en la transición hacia modelos energéticamente sostenibles, ya que aunque ocupan apenas el 2% del planeta, representan entre el 60 y 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.
Por otro lado, se estima que para 2030, casi el 60% de la población mundial vivirá en zonas urbanas. De este incremento se deduce también un aumento en el consumo de recursos, entre los que se incluye la energía. Al mismo tiempo las ciudades son espacios especialmente vulnerables a los impactos del Cambio Climático.
Si bien los gobiernos locales y regionales no han sido partes negociadoras en el Acuerdo de París, presentan un gran potencial de acción frente al Cambio Climático mediante la implementación de políticas que contribuyan a lograr una economía baja en carbono. En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aprobada por los Estados Miembros de la ONU el pasado mes de septiembre, se propone como meta para 2020 en el ámbito de las ciudades sostenibles (objetivo 11) aumentar sustancialmente el número de ciudades y asentamientos humanos que adoptan y ponen en marcha políticas y planes integrados para promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos, la mitigación del Cambio Climático y la adaptación a él y la resiliencia ante los desastres.
A lo largo del debate se citaron distintos sectores en los que se pueden llevar a cabo acciones que promuevan un modelo de desarrollo con bajas emisiones de carbono. Y se reflexionó sobre cómo lograr un desarrollo urbano menos carbonizado en los países en desarrollo, en los que en muchas ocasiones se toman como ejemplo modelos aplicados en los países desarrollados que contribuyen al Cambio Climático. En este sentido, en 2016 tendrá lugar la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible (HABITAT III), que pretende relanzar el compromiso global a favor del desarrollo urbano sostenible.
Fuente: Fundación Alternativas