HISTORIA

Único en el país, este sobresaliente edificio de origen belga y de estilo arquitectónico Art Nouveau fue edificado en nuestra ciudad a finales del siglo XIX, para resaltar la importancia de Orizaba y para albergar los poderes municipales. Pero entremos en detalles para dar a conocer su verdadera historia que ha sido tergiversada con el paso del tiempo.

Nada tiene de extraño que, a finales de 1800, el Ayuntamiento optara por la decisión de poseer un recinto de tal belleza, que ni el actual Museo del Chopo -fundado en los primeros años del siglo XX- de origen alemán, pudo igualar. Desde 1850, Orizaba representaba una gran riqueza para la nación, en gran parte por la riqueza que en ésta se generaba, por la producción de tabaco, por ejemplo; y por ser paso obligado para el transporte de mercancías entre México y Veracruz.

En los últimos años del siglo XIX, la ciudad aumentó aún más su importancia, en gran parte por el auge de las fábricas textiles, entre las que se encontraban Cocolapan, Cerritos, San Lorenzo, Río Blanco y posteriormente Santa Rosa.

Otro rubro importante fue el de las cervecerías, llegando a contar con un total de 5, entre las que destacan Moctezuma, Santa Elena e Inglesa, de las cuales, sólo la primera subsiste en la actualidad. Para dar muestra del auge fabril basta decir que en 1898 se contaba con 36 industrias.

Encontrándose para el año 1889 la Casa Consistorial (segundo Palacio Municipal de Orizaba) en muy mal estado, debido a la humedad imperante en esta región y al poco mantenimiento que recibió durante su uso, el cabildo decidió buscar un nuevo lugar que albergara los poderes municipales y que fuera diferente a las construcciones de mampostería y de cualquier otro material que en ese entonces se utilizase en el ramo de la construcción; por las razones de peso que ya antes se expusieron.
A iniciativa del alcalde Julio M. Vélez, el H. Ayuntamiento, en sesión del 15 de abril de 1891, se aprobó dotar a la ciudad de un nuevo Palacio Municipal.

La gran influencia europeizante manifestada durante el Porfiriato llevó a la decisión de que el nuevo edificio fuera de fierro, ligero y elegante, tal y como se tenía conocimiento que se estaban construyendo en Bélgica, y de la que podrían verse ya en el país diferentes edificaciones del mismo material como kioscos y estaciones ferroviarias, por citar algunos ejemplos.

Como consecuencia de tal acuerdo, lo siguiente era decidir en qué lugar se ubicaría, siempre y cuando se siguiera la tradición de ubicarlo en el centro de la ciudad, como se decidió al construir los dos primeros palacios municipales. Después de deliberar se optó por el jardín de la Plaza de Armas, del cual se removerían el monumento del general Ignacio de la Llave, que sería trasladado a algún lugar que el Ayuntamiento designara posteriormente, y los árboles, que serían plantados en la Alameda.

El lugar donde se instalaría y la estructura de la construcción quedaron asentados en un plano, que fue aprobado por cabildo.
El plano se envió por conducto del Sr. Ángel Vivanco, gestor oficial, a la compañía belga Verhaeren Et De Jaguer, la cual respondería enviando el proyecto y presupuesto respectivo. Tiempo después se envió al Ayuntamiento el plano de la cimentación, elaborada por la Société Anonyme Des Forges D’Aiseau, de Bélgica.

Es necesario mencionar que en ningún momento el proyecto del nuevo palacio municipal se cuestionó o declinó, a pesar de que la situación económica del municipio era francamente difícil. Ante esto el cabildo planteó diversas acciones para proveerse del capital para cubrir la cantidad de $245,000 francos belgas, lo que equivalía aproximadamente a $70,000 pesos plata mexicanos.

La alternativa más viable fue la de acudir a uno de los personajes más adinerados de la ciudad, el Sr. Manuel Carrillo Tablas, para solicitarle un préstamo, quien respondería aportando la cantidad de $60,000, mismos que acordaría le fueran pagados en los próximos 20 años, con intereses.

Después del acuerdo con el Sr. Carrillo se envió la petición al Gobierno del Estado, para que aprobara el préstamo de $60,000; auxiliara a Orizaba con la cantidad de $10,000 y eliminara los cargos por impuesto sobre operaciones bancarias, petición que fue aprobada.

Todos estos trámites que iniciaron oficialmente el 15 de abril de 1891 concluyeron el 26 de septiembre del mismo año, por lo que ya se encontraba todo listo para recibir el nuevo recinto.

Pese a todo y después de dos años de construcción, fue inaugurado el nuevo Palacio Municipal el 16 de septiembre de 1894, fecha elegida por conmemorar los festejos del 84 aniversario del inicio de la lucha independentista y el cumpleaños del presidente Porfirio Díaz (aunque el aniversario de su natalicio era el 15 de septiembre).

El acto solemne de inauguración fue presidido por el Sr. Ángel Jiménez Prieto, jefe político del cantón de Orizaba, en representación del presidente de la República, Porfirio Díaz; por el Sr. Leandro Alcolea en representación del gobernador del estado, Teodoro A. Dehesa; y por el alcalde, Sr. Ricardo Segura. Es importante hacer mención de las palabras que expresara el Sr. Segura: “Tomad posesión del Palacio, que ha tiempo reclamaba la cultura orizabeña y emprended en adelante nuevas mejoras con vuestro inquebrantable empeño”, palabras que parecían dirigidas a aquel grupo de funcionarios edilicios que lo iniciaron, como una muestra de agradecimiento por su compromiso con la ciudad y que desafortunadamente ni siquiera lograron participar en su inauguración.

ATRACTIVOS
• Museo Cuna del Fútbol.
• Museo de la Cerveza.
• Museo Geográfico de Orizaba.
• Planetario “Rodolfo Neri Vela”.
• Museo Interactivo de Orizaba.
 

Entrada gratuita.
OFICINA MUNICIPAL
• Coordinación de Turismo de Orizaba.
 

HORARIO DE ATENCIÓN DE OFICINA Y MUSEOS
• Lunes a viernes de 8 a 19 horas.
• Sábado y domingo de 9 a 19 horas.
 

UBICACIÓN
• Madero Norte s/n entre Poniente 2 y Poniente 4, Col. Centro, C.P. 94300, Orizaba,
Veracruz.
 

ENLACE WEB OFICIAL DE ESTE ATRACTVO
https://www.orizaba.travel/Palacio-de-hierro/

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