Félix Aguirre Aragón
Managua, Nicaragua
Todo el mundo puede tener un buen día.
El problema aparece cuando tenemos un mal día.
Es entonces cuando nos ponemos a prueba.
En un sentido tangible, un mal día,
mucho más que un buen día,
muestra nuestra verdadera esencia.
Cierra los ojos y pídele un favor al viento;
que se lleve todo lo que no es necesario,
ya no más equipajes pesados que no te dejan avanzar.
De ahora en adelante, solo lleva lo que quepa en tu bolsillo y en tu corazón.