Cuando la incertidumbre, la crisis, sanitaria, económica y social avanza en el mundo, es ahí donde creatividad, innovación y aprovechamiento de las herramientas tecnológicas que tememos a nuestro alcance , nos ayudan a  generar nuevas formas de empleo para nuestra región.

Te vamos a contar  como en Bolivia le dan uso a las tecnologías para incentivar y mantener activo el turismo, una singular oferta  virtual que genera ingresos en medio de la paralización por el coronavirus. 

En el material audiovisual se explica que “CallALlama.com” o “Llama una llama” es una iniciativa que pone a los turistas en contacto con algunos destinos rurales, a través de una plataforma de videoconferencia y les brinda oportunidad de interactuar con sus habitantes, particularmente con los criadores de llamas.

Las personas interesadas eligen una fecha, el horario y su destino preferido.

Cada sesión, que se prolonga entre 15 y 20 minutos, tiene un costo de 50 dólares para familias y grupos reducidos y de 100 dólares en el caso de los negocios corporativos y como toda la industria turística mundial, el servicio está disponible también en inglés

Los pastores de llamas, conocidos como «llameros», relatan sus anécdotas en el cuidado de los animales, parte de la vida diaria de los campesinos andinos. El tour comprende los principales destinos turísticos de Bolivia, que permanecen vacíos  por la pandemia: el Salar de Uyuni (la costra salina más grande del mundo), Copacabana (población a orillas Titicaca, el lago navegable más alto del mundo); y la Isla del Sol, en el mismo lago (cuna de la cultura inca), la experiencia permite generar ingresos cuando la actividad turística está paralizada.

Las culturas tradicionales andinas tienen gran aprecio por las llamas, no sólo porque les proporcionan carne y lana, sino porque les sirven para el transporte de carga en largas distancias.