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El Coronavirus tiene un fuerte impacto en la economía y nos enfrenta a una gran bajada del consumo a nivel global.
En situación de confinamiento se consume solo lo imprescindible. El turismo se paraliza totalmente, la gente deja de comprar coches y las familias posponen decisiones económicas importantes. Las empresas, que ven como las ventas se reducen, dejan de invertir, pagan con retraso a proveedores o incluso posponen compras importantes.
En países donde hay confinamiento total, las industrias dejan de producir y servir mercancías, provocando roturas en las cadenas de producción.
Lo que diferencia esta crisis de otras, es su magnitud, por eso es fundamental que los países se centren en un primer momento en seguir las recomendaciones y el aislamiento, es lo único que funciona.
El Covid-19 se ha convertido en una crisis global con consecuencias, económicas, sociales, políticas, y hoy hacemos frente a la incertidumbre, la inseguridad y el pánico.
En gran parte, depende de la acción de los gobiernos que esta crisis sea una más o la crisis que marque esta década. Por siglos las enfermedades de los seres humanos, han evolucionado así como los seres humanos han cambiado su comportamiento a lo largo de la historia, el incremento de la densidad de población, los cambios revolucionarios en la agricultura y métodos de cultivo y los rápidos medios de comunicación han contribuido a la propagación de diferentes tipos tales como la peste negra, una infección bacteriana, la viruela y la influenza.
Nunca en la historia de la humanidad había habido niveles tan elevados de endeudamiento. En términos absolutos, la deuda global ha alcanzado los 253 billones de dólares el último trimestre de 2019, lo que equivale al 322% del PIB mundial. Es decir, la deuda a nivel global supera el triple de la riqueza producida en todo el mundo.
En España, el turismo representa el 12% del Producto Interno Bruto (PIB) y corresponde a la oferta del 13% del empleo. En Italia, el segundo país donde más efectos negativos ha generado la llegada de la crisis del COVID-19, el turismo corresponde al 13.2% del PIB y es también un generador de empleo fundamental.
A nivel global, el turismo representa el 10% de los ingresos. En este sentido, el sector turístico tiene la responsabilidad de apoyar en todas las medidas de contención y prevención de la pandemia actual, como lo ha venido haciendo en los recientes días: prestando servicios de cancelación de viajes sin penalización, ofreciendo hoteles como espacios para hospitalización de pacientes y permitiendo al cliente aplazar sus planes de viajes. Igualmente, es menester de las empresas de turismo, trabajar de manera cooperativa para recuperar la confianza de los consumidores y recuperar las economías locales y regionales en la post-crisis.
En la transición a la normalidad en los próximos meses, será necesario incluir nuevas medidas sanitarias y económicas para ofrecer al viajero tranquilidad y confianza. Miles de personas evitarán viajar y hacer gasto en actividades de ocio y consumo.
En este sentido, el sector turismo tendrá que trabajar de la mano con el sector sanitario para implementar medidas de limpieza y cuidado para evitar la propagación de una nueva pandemia, así como lo ha hecho con entidades de seguridad para contrarrestar los efectos negativos del terrorismo en el sector., desde la industria se tendrá que repensar qué mecanismos se podrán ejecutar con el fin de recuperar la confianza del viajero, restaurar la demanda y reposicionar el turismo.
Política Argentina, Especialista en Procesos Migratorios e integración cultural. Concejal mandato cumplido, (2015- 2020) Concejo Deliberante de la Municipalidad de 9 de Julio, San Juan. Vicepresidenta Fundación Comunidad en Movimiento, Mentora ,programa de Voces Vitales , Ella hace Historia , en alianza con Facebook