Vivimos tiempos convulsos. La situación generada a raíz de la pandemia del Covid-19 está obligando a prácticamente todos los países del mundo a reorganizar sus modos de vida. La rápida propagación del virus ha obligado a multitud de países a decretar una cuarentena domiciliaria para prácticamente la totalidad de la población, generando un golpe sin precedentes a sus economías. Después de la evidente crisis sanitaria que estamos viviendo, esta paralización y pérdida de la producción y el empleo es lo que más preocupa a los máximos mandatarios de las principales potencias mundiales, no sin falta de razón. Pero, ¿qué ocurre dentro de las casa de los ciudadanos de a pie? ¿cómo lo sobrellevan las familias, las que tienen la fortuna de poder teletrabajar y las que no? Y a los más pequeños, ¿cómo se les explica esta situación? ¿cómo se consigue que ellos y ellas tengan una “normalidad” dentro de la anormalidad que estamos viviendo? ¿cómo se continúa con su formación?.
En la mayoría de países europeos, entre ellos España, llevamos ya casi 3 semanas con una suspensión presencial. Muchos países de Latinoamérica como Argentina, Colombia o México también han tomado esa decisión. Pero es una suspensión sólo presencial, por tanto la escuela continúa desde las casas de los maestros y maestras hasta las casas del alumnado, lo cual es una situación totalmente insólita que nos ha sobrevenido sin ningún tipo de preparación previa y que, sin duda, cada uno estamos intentando solventar de la manera más acertada posible.
En un contexto de ruptura total de rutinas y hábitos de vida, es lógico que las sensaciones de estrés y desasosiego florezcan en nuestro alumnado, pero existen una serie de recomendaciones y sugerencias que pueden ayudarles tanto a ellos como a sus familias:
- Horario y rutinas
Siempre se habla de lo importante que es para un niño o una niña en edad escolar tener bien establecidas sus rutinas (sus horarios de levantarse y acostarse, de comidas, de tiempo de estudio, de tiempo de ocio…). Durante la época de cuarentena lo es aún más porque así la desconexión con su rutina habitual será menor. No es necesario que tengan todo el día organizado, de hecho, los momentos de no saber qué hacer también son importantes para el desarrollo de la creatividad, la imaginación y para conocerse a sí mismos.
Otro aspecto importante son las comidas. El hecho de estar confinados en casa o el aburrimiento no debe ser una excusa para permitir que se pueda dejar la alimentación equilibrada que deben tener a diario. No hay que olvidar que los adultos, tanto las figuras masculinas como las femeninas, somos el espejo en el que se miran niños y niñas, y por tanto es muy importante que prediquemos con el ejemplo.
- Tareas escolares
Con toda seguridad, los niños recibirán tareas y diferentes propuestas de sus maestros y maestras. Es importante que no se desconecten de la escuela, y aunque lo más seguro es que no tengan que emplear la misma cantidad de horas que en el colegio o que la exigencia sea algo menor, lo ideal sería mantener las tareas escolares en el momento en el que se situaría su horario escolar, por la mañana. Las tardes se pueden dedicar a tareas de ocio, actividades deportivas, tareas de casa, etc.
No obstante, nuestra experiencia nos dice que eso no es siempre posible, sobretodo en los casos del alumnado más joven (puesto que necesitan la supervisión de una persona adulta, que muchas veces se encuentra también trabajando a esas horas) o aquellos en los que requieren de medios telemáticos como el ordenador y éste está ocupado por alguno de sus progenitores.
En estos casos, una buena solución es anticipar la organización de la semana, teniendo en cuenta el horario de trabajo de los adultos y el de los niños. Todos los acuerdos a los que se llegue a través del consenso familiar serán buenos para fomentar la responsabilidad de nuestros niños, y les hará sentir que su “trabajo” también es importante. Tampoco podemos olvidar que el apoyo y supervisión del desarrollo escolar de los niños es tarea de ambos progenitores, por lo que es esencial que ambos estén pendientes para generar esa sensación tan importante de “ir todos a una”.
Por otro lado, tener una comunicación fluida con sus maestros también ayudará a reducir la sensación de incertidumbre y desapego. Los maestros y maestras somos perfectamente conocedores de lo difícil que es esta situación y de lo complicado que puede resultar a algunas familias el llegar a todo, por lo que no dudéis en contactar con ellos para mostrarles vuestras dudas y preocupaciones sobre todo lo relacionado con la “escuela a distancia”.
- Tareas de casa
Estar toda la familia confinada en casa las 24 horas puede ser una excelente “excusa” para ir incluyendo a los más jóvenes en las tareas de casa, fomentando la importancia de la corresponsabilidad en el hogar. Es un hecho evidente que en la mayoría de casos estas tareas, tanto las de casa como las escolares, todavía recaen sobre la madre. Estar todos en cuarentena hace que todos veamos y seamos perfectamente conscientes de la cantidad de cosas de las que hay que ocuparse en un hogar, por lo que una “asamblea familiar” en la que se repartan tareas entre todos y todas y también se fomente la autonomía de los niños resultará de gran utilidad. Además, potenciará su autoestima y seguridad en sí mismos al verse capaces de colaborar con su familia en cosas que antes consideraban “de mayores”.
- Actividad física
El estrés generado por el confinamiento no sólo nos afecta a los adultos/as. La manera más divertida de desconectar y liberar endorfinas es jugar y hacer ejercicio. Y si le añadimos música y a más miembros de la familia, el beneficio se multiplica. Es cierto que la mayoría de las casas tendrán un espacio reducido, pero hay muchos trucos, vídeos, bailes, tablas de ejercicios, etc. que se pueden encontrar fácilmente en internet. Otras opciones muy saludables para nuestros niños son el yoga y el mindfulness.
Es probable que, gracias a la falta de espacio, a la falta de ideas o a la voluntad de los padres de que sus hijos ocupen su tiempo juntos y a la vez, los niños experimenten actividades que no habrían realizado en otra
situación. Esto es muy interesante para trabajar la coeducación y deshacernos de los estereotipos de género en el juego.
- Aspecto emocional
Igual que nos pasa a los adultos, los niños también pueden experimentar miedo e incertidumbre durante este tiempo. Por eso, siempre que se pueda, sería interesante dedicar un tiempo de nuestro día a hablar en familia, comentar lo que se les pasa por la mente, mostrar los sentimientos que estamos experimentando todos en esta situación… para así ayudarles a entender qué es lo que les está pasando y hacerles ver que no están solos.
Pasar tanto tiempo juntos puede ser una oportunidad magnífica para disfrutar de momentos familiares de calidad: ver fotos, recordar viajes, compartir experiencias del colegio, del trabajo o de los amigos, jugar a juegos todos juntos, poner en común habilidades, etc.
De igual manera, también les será de mucha ayuda seguir en contacto con sus otros familiares y con sus amigos, lo cual es hoy en día más fácil gracias a las nuevas tecnologías y dispositivos móviles. Sin duda conocedores de esto, sus maestros y maestras también harán por mantenerse “cercanos”.
Sin embargo, todas estas sugerencias son sólo eso, propuestas que habrán de considerarse y adaptarse a las situaciones de cada hogar. Cada familia y cada casa es un mundo, con una casuística en ocasiones muy diferente a las demás. En algunas familias teletrabajarán ambos progenitores. En otras, las más, lo hará solo uno o ninguno. En situaciones así, es muy difícil anteponer otra cosa que no sea el estrés (en el primer caso) o la preocupación (en los segundos).
De este caldo de cultivo pueden, además, surgir numerosos conflictos o agravarse otros ya existentes. En el peor de los casos, nos encontraremos con situaciones como la de España, donde el teléfono de atención a víctimas de violencia de género (016) recibió durante la primera quincena de confinamiento un 18% más de llamadas que en el mismo periodo del año anterior. Lucía Avilés, portavoz de la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), explicaba hace unos días al diario Público que "los confinamientos traen consigo la obligación de convivir con el posible agresor, así como un control de las comunicaciones y, al tener coartada la libertad de movimiento, muchas mujeres sienten reducidas sus posibilidades de pedir ayuda. No se trata de meras hipótesis. Existen datos recientes que demuestran que en China durante el confinamiento por la enfermedad se dio un repunte de la violencia de género". En el caso de Colombia, la consejera presidencial para la Equidad de la mujer, Gheidy Gallo Santos, reconoció que durante los primeros días de la cuarentena en su país se ha registrado un aumento del 51% en los casos de violencia contra las mujeres, si lo comparamos con el mismo periodo de 2019. Otro ejemplo es México, en el que la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, explicó que el “estar toda la familia reunida en un solo lugar y las dificultades económicas que experimenten influirán en el aumento de violencia contra la mujer y menores de edad”.
Teniendo en cuenta todo esto, la recomendación más razonable parece tener que ver con cuidar del estado psicológico y emocional de la familia durante este tiempo de confinamiento. Mantener en la medida de lo posible nuestras rutinas sin duda ayuda, pero es también muy importante saber ser flexibles cuando sea necesario, saber reconocer cuándo no estamos, ni adultos ni niños, al 100% y saber que ser extremadamente estricto con los horarios o con tareas como las escolares quizá no sea lo más importante en esos momentos. Pongamos por delante nuestra salud emocional y la de los niños, flexibilicemos nuestras obligaciones cuando sea posible, busquemos (y enseñemos a buscar) el optimismo y el valor de las pequeñas cosas, aprovechemos el aumento de tiempo para estar y compartir con la familia que esta situación nos ofrece. Como profesional, sinceramente creo que esto es lo realmente prioritario.