Cuando se habla de misticismo, suelo pensar siempre en la naturaleza. Por muchos años, he escuchado hablar sobre la energía y carácter mágico que las distintas ciudades de Europa tenían… claramente, estas ciudades, especialmente en el sur de España, tienen una característica fundamentalmente histórica, que a uno le hacen sentirse anacrónico y pequeño.

Sin embargo, no existe entorno que me haga sentir tan pequeño y simple como el entorno natural… en donde la evolución y las coincidencias cósmicas han creado patrones perfectos que enmarcan la inspiración de toda construcción humana.

Posiblemente en la provincia de Huelva, Andalucía, es un río el que determina el estilo de la ciudad. El famoso Río Tinto, que recibe su nombre del peculiar color que tiene… me hace sentir de verdad el fundamento de las historias andaluzas que dan sustento a sus pobladores y que desarrollan la institución cognitiva de los Onubenses.

De color rojizo, el río tiene en sus aguas una cantidad innumerable de sulfuros de metales pesados como el hierro que se hallan a lo largo de los yacimientos del río. Parece que pisas un planeta distinto, y es que además el río a ayudado a astro biólogos a estudiar las distintas condiciones en las que la vida puede desarrollarse a través del universo, ya que inclusive en un caudal inundado por químicos tóxicos, el milagro de la vida florece, aun sea esta en forma de bacterias y microorganismos.

De todas maneras, el espectáculo que el río presenta, las preguntas que propone y la diversidad que representa, colaboran a crear un espacio envolvente, en donde se nos recuerda que tal vez, no somos tan complejos como creemos, y que las maneras de la naturaleza a través del tiempo, son el mejor arquitecto, pintor y escultor que ha inspirado a millones al momento de crear un legado en los pueblos aledaños.

Como por ejemplo a las artistas contemporáneas Laura y Sira Cabrera, que han creado un ahogante contenido audiovisual experimental en donde la historia minera del río y su característico misticismo, son representados con exasperación estética y cuestionamientos metafóricos.

Así, me cuestiono ¿Qué más esconderá tal río?, ¿Y cuánto ha inspirado sus alrededores?… ¿A cuántos ha cautivado con sus colores?, ¿Quiénes han caído entre sus cauces?