Cuando el sol de la época del Al-Andaluz, fue eclipsado por las fuerzas católicas del reino de Castilla y León, la mayoría de fortalezas y Alcázares de los reyes y nobles musulmanes, fueron simbólicamente regalados a los patrones santos de la conversión al catolicismo.
El Castillo de Santa Catalina en la provincia de Jaén, Andalucía no es la excepción. La fortaleza de increíble tamaño y calidad histórica, se levanta en la cima de una montaña que sobre mira la provincia llena de olivos y la romántica y antigua ciudad de Jaén. La fortaleza fue arrebatada de los musulmanes en el 1246, en cuanto los cristianos irguieron una capilla dedicada a una Santa Egipcia patrona de los convencidos.
Tal vez la historia de Catalina de Alejandría es especial, no solo porque ahora es el nombre del inusual castillo abarrotado de distintos estilos y técnicas arquitectónicas; pero también, por la historia que esta mujer representa.
En el año 290, el puesto de la mujer era completamente marginal. Aun así, Alejandría como ciudad gozaba aún de su esplendoroso poder cultural y conocida por la gran biblioteca de patrimonio literario de ese entonces. A diferencia de la Iglesia medieval, en el 290, todavía se permitía a las mujeres guardar y leer diferentes textos y aún no se estigmatizaba a la filosofía anterior al cristianismo y de diversas culturas como traición o tabú.
Es así que Doña Catalina, preparaba como estaba, ocupó un puesto muy importante entre los sabios y artistas de la ciudad, ganándose una reputación de característica influencia en ciudad de los sabios. Así pues, una tarde de abril, el Señor se le presenta a Catalina y ella en su abandono se compromete con Dios, prometiendo su devoción a su servicio.
Así Catalina convirtió y persuadió por medio de la palabra y su educación, a líderes intelectuales de su época, lo que le ganó su tortuosa muerte en las primeras décadas del 300.
Imagino que los que tomaron el castillo a la fuerza, en medio de espadas y cañones, muertes y violaciones… mal interpretaron un poco el mensaje de Catalina… que unía en una misma idea a miles de personas distintas en la idea de la unión.