Estimados miembros de la UIM:

He tenido el alto honor que la Asamblea General de la UIM me eligiera como presidente durante el período que aquí finaliza. Les confieso que para alguien que inició su carrera política en un municipio, que condujo y gestionó un gobierno local, presidir la UIM es una distinción que agradezco y que me ha honrado profundamente.

En estas últimas décadas hemos visto como el municipalismo se ha ido corriendo hasta posicionarse el centro de la discusión. Cuando hablamos de gobierno, a nadie escapa que la esencia del gobernar se encuentra hoy en el seno mismo del municipio.

Es allí donde converge gobierno y sociedad, en el barrio, en el vecindario, en los clubes, en el comercio y en la pequeña empresa. Todo pasa, todo transcurre en un municipio.

El Municipio se recupera y fortalece su rol central, tanto en lo gubernamental institucional, como en lo social, y en eso la UIM ha hecho un gran aporte. Hemos podido no solo reconfigurar el rol del Municipio sino además, fortalecer su capacidad de gobernar, su capacidad de dar respuesta a la variada y compleja demanda ciudadana.

Me voy con el orgullo de haber presidido la institución que más aporta al desarrollo local, me voy satisfecho porque veo al municipio iberoamericano protagonizando el desarrollo y a la par, a la UIM asistiendo y cooperando.

En particular, mi más sincero agradecimiento a la UIM, por el acompañamiento que reciben los municipios de mi país, por la generosidad con la que asistieron el desarrollo local argentino, por la calidad de la cooperación, pero por encima de todo, por la pasión y el compromiso que pusieron en cada paso. Por todo ello, gracias les dice Argentina.

Nos queda agenda, aún tenemos grandes retos por delante, el desarrollo social inclusivo y el crecimiento económico sustentable, anhelos de todo gobierno local, son el gran desafío, tanto para los líderes locales como para la UIM, y tenemos que trabajar en eso.

Nuestros desafíos transitan por escenarios políticos, es esa la gran herramienta de transformación, es desde la política entendida como diálogo y consenso  que transformaremos la realidad social de nuestros municipios, de nuestros países. Allí está la clave, reeditemos la política, nos comprometamos con el dialogo y el consenso, defendamos nuestras diferencias, pero con la capacidad del acuerdo. 

Decía Nelson Mandela “después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar”, hemos escalado montañas pero aún quedan muchas por escalar.

Compañeros municipalitas de Iberoamérica, el futuro de nuestras comunidades, la superación de nuestros desafíos depende en gran medida de la capacidad que tengamos para seguir escalando. Sigamos avanzando en este presente; sumemos e incentivemos a la participación y al compromiso a los individuos, a las organizaciones civiles, económica, y sociales, a los grupos minoritarios, a los vecinos.

Sumemos en el procesamiento de los asuntos públicos y en la definición e instrumentalización de las políticas públicas. Abramos un camino hacia nuevas formas de asociación del gobierno con la sociedad, donde la participación sea la clave. Estoy seguro que en esta tarea la UIM nos estará apoyando con toda su potencia, con toda su capacidad, con toda su experiencia.

Al Secretario General, estimado Federico Castillo Blanco, cuya trayectoria es garantía de éxito en la gestión, solo pedirte que sigas haciendo lo que tan bien vienes haciendo desde hace años en la UIM.

A mi sucesor, Guido Echeverri Piedrahita, mi más entera y plena disposición. Seguiré estando cerca y quiero que sepas que puedes contar conmigo.

A ustedes querida comunidad iberoamericana solo decirles que tenemos el potencial para cambiar las cosas, llevamos 26 años trabajando por el municipalismo en Iberoamérica y hemos producido tremendas transformaciones.

Somos Iberoamericanos, somos una de las comunidades lingüísticas más grandes y culturalmente más cohesionadas del mundo. Somos más de 20 países con más de  600 millones de habitantes: por eso digo tenemos potencial para seguir transformando el municipalismo en Iberoamérica y en el mundo.

Dicen que lo esencial surge con frecuencia al final de las conversaciones. Las grandes verdades fluyen casi con naturalidad al final. Por eso les digo gracias, dejo este cargo con el que me distinguieron sin irme, sumándome al esfuerzo colectivo, al entusiasmo apasionado de quienes trabajan y luchan por el municipalismo iberoamericano.

Muchas gracias!