EL DESPERTAR DE LA CIUDADANÍA ECUATORIANA FRENTE AL PODER MISÓGINO
Por: María José Uribe Sayago[i]
A propósito de la postulación de Alexis Mera al Consejo Directivo del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) de la Organización de Estados Americanos (OEA), el 14 de junio del año en curso, varios grupos de la ciudadanía han suscrito una carta abierta al, recién electo, presidente ecuatoriano Lenín Moreno; pidiéndole que reconsidere dicha candidatura a razón del discurso misógino que utiliza el ex funcionario público ecuatoriano quien “ha estigmatizado a un grupo tan amplio de la población como son las mujeres”[1], entre otros agravios.
Me pregunto cómo es posible que se presente dicha candidatura ante un organismo que “ha sido concebido como el mayor referente en el impulso de reformas en los sistemas de justicia de los países miembros de la OEA”[2].
Si el gobierno de Lenín Moreno trabaja en miras de una democracia plena y más inclusiva, que defiende los Derechos Humanos, debe defender por tanto los Derechos de las Mujeres. Ahora bien, de ahí a que el pedido de la ciudadanía sea tomado en cuenta y efectivamente se reconsidere la candidatura de Alexis Mera, hay un largo tramo.
Las últimas elecciones en el Ecuador, del 19 de febrero de 2017, arrojaron resultados preocupantes y desmotivantes en la lucha por la equidad de género. La cantidad de mujeres que accedieron a curules legislativos no superan el 38% en las últimas dos elecciones, es decir que no hemos alcanzado la paridad[3]. En realidad, éste porcentaje no parecería tan negativo si lo comparamos con el promedio de mujeres en el poder legislativo en América Latina, que, según la CEPAL, no superó el 28.3%[4] en el año 2016. Sin embargo, aunque exista inclusión de mujeres en la Asamblea, no significa que efectivamente se garantice su participación en la toma de decisiones. Una prueba de esto, es que en el último periodo, de 89 proyectos presentados por mujeres, solo 2 de ellos fueron aprobados[5].
Esto no sorprende si observamos detenidamente cuál es el discurso de nuestros políticos.El patriarca por excelencia del partido Alianza País, el ex presidente de la República, Rafael Correa, se ha manifestado en reiteradas ocasiones de forma despectiva hacia las mujeres. De hecho, de su boca han salido frases tales como: “yo no sé si la equidad de género mejora la democracia, lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra[6] impresionantemente”[7]. Esta forma de expresarse evidencia la poca seriedad con que se abordan los temas de género desde las diferentes orbitas del Estado. Las mujeres que han llegado a ocupar escaños en la Asamblea, no son tomadas con seriedad, y al contrario han sido, una vez más, valoradas a partir de sus características físicas como claramente menciona el expresidente, las mujeres resaltan por “sus piernas y sus minifaldas impresionantes”[8].
Si se han normalizado tales aseveraciones por quién fue nuestro primer mandatario, no llama la atención que el exsecretario jurídico de la presidencia, Alexis Mera, también haya agraviado a las mujeres con múltiples intervenciones machistas. Las asambleístas que abogaron por la legalización del aborto, en caso de violación, fueron tildadas por él como “mal culiadas”[9], y fueron sancionadas y silenciadas por la Asamblea y por el expresidente[10]. No resulta raro entonces que las autoridades, a través de su discurso plasmado en políticas públicas, quieran controlar también nuestra vida sexual y reproductiva y planteen que; “el Estado debe enseñar a la mujer a postergar su vida sexual”.
Cabe mencionar que no sólo los políticos oficialistas mantienen un discurso machista y patriarcal. Quién fue el candidato de oposición en las últimas elecciones, Guillermo Lasso, también ha hecho uso de expresiones que dejan ver las raíces más profundas de los imaginarios de género. En un conversatorio en el año 2016, Lasso expresó: “vamos a permitir que puedan defender como varón a sus esposas y a sus hijos”. Otro de los candidatos a la presidencia en las últimas elecciones, Washington Pesantes, también habló de “sacar las faldas del Ministerio de Defensa”, indignado de que la seguridad del país también caiga en manos de mujeres[11]. Lo más preocupante es que no son sólo los políticos hombres, las mujeres que ocupan espacios de poder tampoco parecen tener claro el discurso de género, y han utilizado frases como; “Seré sumisa una y mil veces cuando se trate de luchar y reivindicar los derechos de la mujer”[12]. Este tipo de discurso muestra como no es suficiente que las mujeres lleguen al poder, deben llegar empoderadas y manejar un discurso de género correcto que contribuya a la agenda feminista.
Ventajosamente, no todo está perdido, y comienza por fin el despertar de la ciudadanía ecuatoriana que busca cambiar estas construcciones de género tan arraigadas en nuestras sociedades. Estamos defendiendo “como mujeres” nuestros derechos, y exigiendo el respeto y el reconocimiento que merecemos.
Es fundamental que se visibilice la lucha feminista, tanto de hombres como de mujeres, en pro de la equidad, y que se presione desde la ciudadanía, para que se implementen medidas que garanticen el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia. Retirar la candidatura de Alexis Mera a la OEA, sentaría un precedente importante en la conquista de nuestros objetivos de equidad, ya que debemos reconocer, sin lugar a dudas, que el discurso empleado por las élites políticas de nuestro país, también es violencia, y ésta como cualquier otro tipo de violencia, debe ser erradicada.
[1] Leer carta completa aquí http://bit.ly/2tIqYPZ
[2] Fundamedios.org, http://bit.ly/2tIqYPZ
[3] EL UNIVERSO, http://bit.ly/2qP1SOM
[4] Cepal.org, http://bit.ly/2rBAaoB
[5] El Comercio, http://bit.ly/29Y6gpn
[6] Fiesta, parranda, jaleo
[7] Bitácora María Paula Romo, http://bit.ly/2rQ8Y4M
[8] Bitácora María Paula Romo, http://bit.ly/2rQ8Y4M
[9] Mal folladas
[10]Mancero (2015), El Telégrafo, http://bit.ly/2svIQ16
[11]EL PAÍS, http://bit.ly/2rAhJnp
[12] Velasco (2015), http://www.planv.com.ec/ideas/ideas/y-mujeres
[i] María José Uribe es ecuatoriana, Licenciada en Relaciones Internacionales con Minor en Ciencias Políticas y Literatura por la Universidad San Francisco de Quito. Actualmente realiza una pasantía en la Unión Iberoamericana de Municipalistas en Granada, al tiempo que cursa una especialización en Políticas Públicas con Perspectiva de Género en la UIM.
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