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Con motivo de la Cumbre del G20 que se reúne en Hangzhou (China) esta semana, nosotros, los alcaldes de las principales ciudades del G20, exhortamos a nuestros líderes nacionales a que trabajen con nosotros para construir un mundo bajo en CO2 y con futuro climático seguro.
En diciembre de 2015, ustedes demostraron un valioso liderazgo, adoptando el histórico Acuerdo de París. Fue una muestra sin precedentes de solidaridad global y compromiso para actuar; elogiamos sus esfuerzos para ratificarlo cuanto antes, permitiendo su entrada en vigor en los próximos meses.
Sin embargo, esto es solo el primer paso en el largo camino hacia un futuro bajo en carbono y resiliente. Para limitar el aumento global de temperaturas a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, las emisiones de gases de efecto invernadero tienen que alcanzar su punto máximo hacia 2020. Llegar a un cambio tan rápido es probablemente uno de los mayores desafíos políticos y económicos afrontados por cada líder nacional, pero ustedes tienen grandes aliados en esta tarea: nosotros, los alcaldes de las megaciudades del mundo.
Como alcaldes, nos enfrentamos ya a las consecuencias del cambio climático en nuestras ciudades, entre inundaciones y olas de calor, escasez de agua y contaminación del aire. Ahora bien, sabemos que las ciudades son actores claves de la solución climática. Desde el lanzamiento de flotas de autobuses eléctricos en ciudades chinas; la decisión en ciudades europeas, suramericanas e indias de prohibir los vehículos más contaminantes en sus centros; la modernización de decenas de miles de edificios en las ciudades norteamericanas para mejorar su eficiencia energética, y la creación de barrios bajos en carbono en todo el mundo, actuamos con audacia para cortar emisiones y prepararnos para los peores efectos del calentamiento global. En París, nos comprometimos colectivamente a reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero de 3,7 gigatons cada año hacia 2030.
Nos enfrentamos ya a las consecuencias del cambio climático en nuestras ciudades, entre inundaciones y olas de calor, escasez de agua y contaminación del aire
También hemos constatado de primera mano que nuestra acción sobre el clima trae beneficios compartidos y significativos para nuestras comunidades: una mejor salud pública, un aire más limpio, un crecimiento económico más rápido y más equidad. No hay ninguna contradicción entre la acción sobre el clima y el desarrollo: el cumplimento del Acuerdo de París nos ayudará todos a implementar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, y viceversa.
Muchos de nosotros estamos embarcados en el Compromiso de Alcaldes, y el recién formado Pacto Mundial de Alcaldes por el Clima y la Energía, que agrupa a 7.100 ciudades en 119 países, representando a más de 600 millones de habitantes. Uniendo nuestros esfuerzos, el Pacto Mundial nos permite colaborar a mayor nivel, construyendo puentes y conexiones. Medir el alcance y el potencial de las ciudades para cortar emisiones y promover sociedades con bajas emisiones de carbono permite aumentar nuestro impacto colectivo en la lucha contra el cambio climático.
Para las ciudades más grandes del mundo ya está claro que si nos movemos rápido hacia una economía baja en carbono, mayor será la mejora de los niveles de vida de los ciudadanos urbanos, y más fuerte y más sostenido será el desarrollo económico que hace esto posible. Es por eso por lo que todos nos comprometemos, como miembros del C40, el Grupo de Ciudades Líderes por el Clima, a diseñar planes concretos para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París a nivel local. Queremos que nuestros ciudadanos, nuestros mercados y nuestros líderes políticos sepan que estamos comprometidos en hacer del Acuerdo de París una realidad. Y llamamos a nuestros jefes de Estado a hacer lo mismo a nivel nacional.
Como miembros del C40 entendemos el valor de la cooperación para guiar la ambición. Tal como el G20 es el primer foro mundial para la cooperación internacional económica, el C40 ha demostrado el poder de las grandes ciudades mundiales, tanto del Norte como del Sur, trabajando juntas para enfrentar la amenaza global de cambio climático.
Asimismo, debemos mejorar la colaboración entre Gobiernos locales, regionales y nacionales, con el fin de luchar por los objetivos compartidos, de legar a las siguientes generaciones un mundo sostenible con bajo nivel de emisión de CO2. La ambición del Acuerdo de París, requerirá una colaboración e innovación sin precedentes. Estamos listos para este desafío futuro.
Anne Hidalgo es alcaldesa de París.
Firman también este artículo los alcaldes Eduardo Paes (Rio de Janeiro y presidente de C40), Steve Adler (Austin), Bill de Blasio (Nueva York), Muriel Bowser (Washington D.C.) Rahm Emanuel (Chicago), Gustavo Fruet (Curitiba), Eric Garcetti (Los Angeles), Fumiko Hayashi (Gobernadora de Yokohama), Charlie Hales, Alcalde (Portland), Sadiq Khan (Londres), Yuriko Koike (Gobernadora de Tokio), Mitch Landrieu (Nueva Orleans), Ed Lee (San Francisco), Patricia de Lille (El Cabo), Miguel Ángel Mancera (jefe de Gobierno de la Ciudad de Mexico), Clover Moore (Sydney), Michael Müller (Berlìn), Ed Murray (Seattle), Antônio Neto (Salvador), Basuki Tjahaja Purnama (Gobernador de Jakarta), Virginia Raggi (Roma), Gregor Robertson (Vancouver), Horacio Rodríguez-Larreta (jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), Giuseppe Sala (Milán), Wong Kam Sing (secretario del Medio Ambiente de Hong Kong), John Tory (Toronto), Marty Walsh (Boston) y Park Won-soon (Seúl).
Sociólogo, con más de 15 años de experiencia profesional, me he especializado en distintos ámbitos del desarrollo local con especial énfasis en zonas rurales, promoviendo la participación de la sociedad civil, el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales, la gestión del conocimiento y la construcción de capacidades en América Latina.