Vibrante y repleta de mansiones victorianas, la capital tumultuosa y bulliciosa de Costa Rica se construyó con los beneficios del comercio del café, cuyas plantaciones de dorados granos todavía rodean la ciudad. Prueba el café recién tostado en el Mercado Central. Pero si buscas un tono dorado más refulgente, visita el Museo del Oro. Muchos edificios renovados albergan ahora elegantes hoteles. La vida nocturna se concentra en El Pueblo, un lugar inspirado en los pueblos de estilo español. Suele considerarse más un centro que un destino puntual. No te pierdas el elegante Teatro Nacional de 1897.San José es una ciudad muy rica en museos. Por ello, no se puede perder:
Museo Nacional. Conserva una amplia colección de objetos precolombinos e históricos de la época colonial y de los inicios de la República
Museo del Oro. Ubicado en la Plaza de la Cultura, ofrece una permanente exhibición de objetos precolombinos elaborados con el apreciado y valioso metal dorado
Museo de Arte Contemporáneo. Contiene una bella colección de pinturas y esculturas elaboradas por los artistas locales durante los siglos XIX y XX
Museo de Ciencias Naturales. Más de 1.500 especies, algunas de ellas ya extinguidas, se encuentran en este precioso museo ubicado en el extremo suroeste del Parque Metropolitano La Sabana
Teatro Nacional. Toda una joya arquitectónica que, desde que fue construida en 1897, ha sido considerada como el símbolo de la cultura costarricense.
Si el entorno natural de Costa Rica es espléndido, su artesanía no es menos brillante.
Objetos elaborados con maderas preciosas, raíces de café, papel de banano, oro, arcilla, utensilios de hierro esmaltado y otros materiales, son meticulosamente confeccionados por los hábiles artesanos locales. En cuanto a los productos autóctonos, destacan las cremas y licores de caña de azúcar, el café y el chocolate.