TERTULIA


No alces los ojos para ver a Dios,
menos lo toques, que es peligroso 
responsabilizarse de un viejo edificio 
derruido por el tiempo y semidestruido 
por un terremoto de grandes 
magnitudes. No evoques 
al Espíritu Santo que un felino
podría comerlo de un salto,
en pleno vuelo. 
No llames a María que seguro 
hace la fiesta con el Papa. 
Y al hijo, no lo busques ni preguntes
por él, que a esta hora se encuentra 
leyendo las sagradas escrituras, 
en busca de los errores que cometieron 
los hombres que escribieron,
¡¡¡Por Cristo!!! 
Tantas mentiras. Y cuando comprenda
que la fatalidad del tiempo urdió 
las conjeturas, se largará al patio 
de la esquina, para integrarse al grupo 
de chavalos que se divierten 
jugando a las canicas.
(28-Marzo-1983)

Por: Pánfilo José Orozco Izaguirre

Managua, Nicaragua