La realidad actual de las localidades frente a los desafíos casi inmediatos en convertirse en ciudades sustentables y sostenibles, obliga cada vez y con más fuerza a buscar herramientas o mecanismos que impidan la detención del desarrollo económico, y por su intermedio lograr que surjan alternativas para fomentar empleo, reducir contaminación ambiental, mejorar movilidad urbana, vivienda, crecimiento ordenado, entra tantos temas de interés económico y social.

Podríamos hablar de una generalidad en cuanto a la limitación de presupuesto en las distintas instancias gubernamentales para alcanzar sus objetivos de mediano y largo plazo, acorde a sus planes de desarrollo, pero frente a los retos inmediatos que poseen las ciudades para su crecimiento, se convierte casi en una alternativa indispensable el establecer alianzas público – privadas. América Latina en las circunstancias actuales inicia según fuentes de CEPAL, una etapa de contracción económica proyectada para los años siguientes comparado con el notorio crecimiento obtenido en los últimos años, sobre el cual debe realizarse lo posible para sostenerlo en todo nivel de gobierno, por lo que este contexto regional en principio favorece a este tipo de alianzas para el desarrollo.
Entre los aspectos positivos que se destacan en estas figuras asociativas, encontramos la posibilidad de ampliar el ámbito de actividades de entes públicos, acceso a tecnologías avanzadas, implementación de mecanismos para  alcanzar las metas de productividad y eficiencia en la prestación de servicios públicos o en la ejecución de mega infraestructuras de sectores estratégicos. Así mismo, no podemos desconocer que han existido casos innumerables de éxito tanto a nivel de gobierno central, y de gobierno locales en el marco de sus competencias exclusivas producto de los procesos de descentralización que poco a poco se han  visto robustecidos, en el que los propios ayuntamientos han desarrollado de manera autónoma interesantes programas o proyectos para el cumplimiento de sus fines, sin embargo tampoco podemos dejar de lado que la vanguardia en la innovación y desarrollo de tecnologías la lidera el sector privado. Esto preciso, con el único fin de obtener un criterio equilibrado frente a las alianzas público-privadas, pues no se trata de delegar competencias sin beneficio de inventario al sector privado, sino de atraer inversión en temáticas puntuales donde por condiciones o capacidades aventajan a los organismos del sector público, favoreciendo finalmente a los territorios. Tal es así, que grandes carreteras, proyectos hidroeléctricos, sistemas de movilidad, por mencionar algunos proyectos han sido desarrollados enmarcándose en esta figuras asociativas, proyectos que luego de cumplirse plazos previstos pasaron a manos de los gobiernos o ciudades ya con la trasferencia tecnológica y know how requerido para continuar operando.

No olvidemos que esta importante figura, busca atraer inversión generalmente bajo el riesgo del inversionista privado, permitiendo generar desarrollo e significativo número de fuentes de empleo en muchos de los casos, lo cual sin duda ha derivado en un notorio impacto en el crecimiento económico de localidades que han fijado como punto de partida hacia nuevos retos este tipo de proyectos. Este proceso colaborativo entre ambos sectores, debe verse fortalecido considerando que las capacidades de cada uno de ellos pueden verse complementadas con un aporte innovador, mejorando la calidad de los bienes y servicios públicos, como también contribuyendo al desarrollo sostenible.
La importancia de las Alianzas Público – Privadas cada vez toma mayor fuerza, incrementándose varios casos de estudio a cargo del Consejo Global de la Agenda del Foro sobre América Latina, por ubicar un ejemplo, así como varios organismos internacionales que han incorporado varias áreas temáticas en este contexto de desarrollo, como educación, la salud, el desarrollo sostenible, el cambio climático, el acceso y el uso de tecnologías de la información y la comunicación, además de la prevención post-desastre y reconstrucción y la igualdad de género. En el mismo sentido, se han sumado en este intento de fortalecer las Alianzas Público-Privadas la Red de los Consejos de la Agenda Global del Foro Económico Mundial, comunidad global conformada por líderes de opinión; expertos académicos, en negocios, gobierno, organizaciones internacionales y sociedad civil, según revela un informe del Foro Económico Mundial, donde se considera necesario estas alianzas para fortalecer el desarrollo económico y la innovación en América Latina.