Apenas una sombra debatiéndose entre la ciega corazonada y la lealtad del espejo obcecado y claro. Residencia para los tiempos venideros, dominio para la duda y sus juramentos. Del norte vientos aceradamente, del sur un olor mordiente a herrumbre y a sufrimiento: el fragor de la desmesura la tez violácea de las pupilas al borde del precipicio un fuego amotinado entre Dios y el hombre cautivo, y una esperanza atracada de desobediencia plena por los suelos. Poema del Libro Recurso de alzada, de mayo del 2015. |