Cierta vez, le escuché decir, al querido profesor; colega y amigo, Iván Silva Lira, docente en el curso internacional “Especialización en Gestión Estratégica Local y Regional desde el Enfoque del Desarrollo Territorial”, lo siguiente:
“Los funcionarios y dirigentes de las instituciones, hoy en día, o aspirantes a serlo, deben saber, acabadamente, que hay momentos en el año, en los que hay que invertir, en “parar” para dedicarnos a formarnos”.
Confieso que Iván, me dejó pensando un rato largo, con su certera frase. Siempre me acuerdo de ella, no solo por su alcance, sino por su implicancia, pues no hablaba hacia afuera, sino que él mismo se implicaba en ese proceso continuo; complejo y responsable.
En otra ocasión, Sergio Boisier complementaba aquella idea expresando que; “La sociedad se complejiza aceleradamente, a la vez, los procesos sociales (crecimiento y desarrollo) se complejizan a igual ritmo. Por tanto, cuando más compleja es la sociedad, mayor es su tendencia a la ruptura. Los problemas de ruptura, son cada vez más complejos. Entonces, la complejidad requiere intervenciones de una complejidad equivalente. Finalmente, las intervenciones complejas, presuponen un conocimiento complejo (…)”.
Ambas ideas, son de una solvencia y profundidad sustantivas, pero a la vez, implican obrar en consecuencia, y de manera inmediata. Por lo tanto, el curso en cuestión, pretende generar un ámbito / espacio, para reflexionar sobre lo hecho y por hacer, pero principalmente, haciendo.
Más allá del juego de palabras, se trata de discutir teoría y praxis, para tratar de actuar mejor, sobre esa complejidad.
Semanas atrás, desde el Observatorio del Programa ConectaDEL, editorializaba la colega uruguaya, Leticia Silva, que; “una de las características del enfoque del desarrollo territorial, dada su multidimensionalidad, es su multidisciplinariedad (análisis de un problema desde distintas miradas disciplinares). Es así que, a la hora de trabajar en torno a proceso de desarrollo territorial, emergen los cruces disciplinares y de lógicas de acción (política, técnica, administrativa, etc.). Esta situación, obliga a que se establezca la necesidad de incorporar desde todas las disciplinas, competencias transversales más allá de las específicas propias de cada disciplina o área”.
Sin embargo, el desarrollo territorial no es sólo cuestión de disciplinas de saberes técnicos, sino también es una cuestión política y social. Es así que en un territorio, y particularmente en los procesos de desarrollo territorial, se interconectan diversas lógicas de acción: lógica política, militante, empresarial, racional, técnica, burocrática, altruista; dentro del estado la lógica sectorial y vertical.
Por tanto para gestionar procesos de desarrollo territorial es necesario contribuir a fortalecer las capacidades locales en varios sentidos. Ahora ¿cómo se da este proceso de fortalecimiento? ¿Cómo se trabaja esta transversalidad y la multidisciplinariedad? ¿Cómo se aborda la articulación de lógicas?
Respuestas a preguntas como esas son las que intentamos discutir y reflexionar en instancias como las del curso internacional de referencia, que impulsan la UIM; ILPES / CEPAL; ConectaDEL y el gobierno de la Pcia. de Corrientes (Argentina). ¿Nos atreveremos a “parar” para discutirlo?