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Los museos en la actualidad, han adquirido una dimensión social primordial, son concebidos como instituciones sociales de fines y alcances definidos, que representan, parte de la cultura, idiosincrasia y valores del territorio donde se ubican.
El Consejo Internacional de Museos (ICOM), es la organización internacional, que establece las políticas a seguir por los museos de diferentes tipologías; así, en su Código de Deontología queda recogido: “Los museos tienen el importante deber de fomentar su función educativa y atraer a un público más amplio procedente de la comunidad, de la localidad o del grupo a cuyo servicio está.” (ICOM, 2020).
Por cuanto, estas instituciones, no pueden ser vistas exclusivamente como sitio de deleite, sino que son capaces, a la vez, de presentar al público lo maravilloso y extraordinario de la cultura y la naturaleza, así como, de los valores y las tradiciones a conservar. De ahí, que también puedan ser considerados como equipamientos para la educación ambiental, ya que promueven la gestión realizada por los seres humanos a fin de proteger, estudiar, recuperar y utilizar la diversidad biológica y cultural del medio ambiente en el que interactúan lo humano y lo no humano, de conjunto.
Cabría preguntarnos al respecto ¿Por qué prestar atención particular a la función educativa de los museos para la infancia y su alcance en el desarrollo de nuestros municipios?
A pesar de numerosos debates intelectuales sobre la definición de la infancia, existe un criterio compartido de que esta etapa de la vida, implica un espacio delimitado y seguro, separado de la edad adulta, en el cual los niños y las niñas tienen derecho a la protección y a una educación de calidad, pues son ellos los artífices de las sociedades venideras (UNICEF, 2023).
Como se infiere de lo anterior, la educación de la niñez, es una parte clave de la solución a los desafíos futuros, entre ellos la inclusión, la cohesión social, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
No obstante, los nuevos datos recopilados por la UNESCO muestran que 1 de cada 4 niños de 5 años no ha recibido nunca ningún tipo de educación preescolar. Esto representa 35 millones de los 137 millones de niños de 5 años en todo el mundo. A pesar de las investigaciones que demuestran los beneficios de la atención y educación de la primera infancia (AEPI), solo la mitad de los países garantizan la educación preescolar gratuita (UNESCO, 2022).
Como se puede inferir de las estadísticas anteriores, urge, convertir a los educadores y al personal de la AEPI en una fuerza transformadora. Al respecto, son las universidades pedagógicas, las encargadas de la formación de profesionales comprometidos, creativos, con una conciencia de protección y conservación del medio ambiente; capaces de garantizar la formación integral de sus educandos y, por ende, el desarrollo sostenible de la localidad en la que ejercen su función social, en el cumplimiento de la Agenda 2030.
Una alternativa para lograr tal empeño, como ya se ha hecho alusión, es la educación ambiental y en particular, la creación de equipamientos que promuevan dichos aprendizajes a partir de, la sensibilización ciudadana, la generación de comportamientos responsables, y el fortalecimiento de capacidades personales e institucionales.
Museo Escolar de Historia Natural Antonio Núñez Jiménez (MEHNANJ)
En este orden, el Museo Escolar de Historia Natural Antonio Núñez Jiménez (MEHNANJ), como se muestra en la imagen 1, es un equipamiento del Centro de Estudios de Educación Ambiental- Gea (CEEA-GEA), de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV). Está adscrito a la Red Nacional de Museos y Salas de Historia Natural de Cuba, y asociado al macroproyecto del (CEEA-GEA): “Capacitación en educación ambiental para la adaptación y mitigación al cambio climático en comunidades vulnerables”.
Imagen 1. Museo Escolar de Historia Natural Antonio Núñez Jiménez.
Está localizado en Ciudad Escolar Libertad (CEL), como se muestra en la figura 1, pertenece al municipio de Marianao, al nordeste de la provincia La Habana, ocupa un área de 2,6 Km2, limitada por una cerca perimetral que sigue el trazado de las calles de la ciudad en su alrededor. En su interior se encuentran distintas instituciones educativas, centros de producción, viviendas y otras instalaciones pertenecientes al Ministerio de Educación.
Figura 1. Mapa esquema de La Habana y ubicación del municipio de Marianao.
Posee importantes valores naturales y culturales, cuenta con una apreciable riqueza botánica de alto grado de madurez, distribuida en un área forestal, de 9, 2 hectáreas, que sirven de refugio y abrigo a numerosas especies de aves endémicas y migratorias, así como, a los anfibios, reptiles, insectos, y otros invertebrados.
En sus instalaciones, se forman alrededor de 8 000 estudiantes que corresponden a todos los niveles educativos del Sistema Nacional de Educación, desde dos círculos infantiles, tres escuelas primarias, dos secundarias básicas, un preuniversitario y una escuela tecnológica. También, contiene tres escuelas especiales: autismo, retraso en el aprendizaje, y débiles visuales y ciegos; además de la UCPEJV compuesta por seis facultades; el Museo de la Alfabetización y tres centros de estudios.
La actividad educativa que realiza el museo, ha sido organizada atendiendo a las tres áreas claves del CEEA-GEA, concebidas desde la investigación: superación, actualización de los programas de estudios y el currículo, y los proyectos ambientales.
Su objetivo generales contribuir a la formación de docentes, jóvenes, niños y comunitarios en el conocimiento y el amor a la naturaleza, mediante una educación ambiental que promueva el interés por la investigación acerca de las especies que forman parte de la diversidad biológica cubana, sus interacciones dentro de los ecosistemas y el papel del ser humano en su conservación.
Tiene como objetivos específicos:
Como puede inferirse infantes y los adolescentes de las diferentes escuelas, son sus visitantes habituales. Los que, acuden a las exposiciones con diversos propósitos: reafirmar o ampliar contenidos curriculares, enriquecimiento cultural, o simplemente para ocupar horas de tiempo libre disponible.
Un ejemplo de la función educativa de este museo desde programas participativos es“La peña del Viejo”,actividad de carácter mensual que reúne a profesores, estudiantes, maestros, alumnos, especialistas, artistas y comunitarios; con el objetivo de contribuir a la educación ambiental ciudadana mediante la interacción y la promoción del patrimonio.
Como resultado de las visitas dirigidas (291) y visitas libres (97), se han atendido a diversos públicos (81 497 visitantes), resaltan las visitas efectuadas por estudiantes y profesores de universidades nacionales y extranjeras, los coordinadores de la Red de Medio Ambiente en Cuba (REDMA), especialistas de los diferentes Jardines Botánicos del país (JB), la dirección del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), el Instituto de Ecología y Sistemática, miembros de la Red Iberoamericana de Medio Ambiente, escolares de todos los niveles educativos, incluyendo las escuelas especiales (Autismo y Ciegos), la Dirección de Ciencia y Técnica del Ministerio de Educación Superior, Cubasolar, las Direcciones Municipal y Provincial de Educación, los Coordinadores Nacionales de Carreras, gobernantes e intendentes del territorio y la nación, entre otros.
Además, de 31 conferencias, 13 vinculaciones museo-escuela-comunidad, 54 servicios especializados, 300 asesorías,12 exposiciones transitorias, 8 peñas, 4 eventos. Entre sus principales resultados, figuran también, los siguientes:
En su condición de equipamiento para la educación ambiental del CEEA-GEA, la tenencia de convenios con otras instituciones, ha contribuido a potenciar las relaciones de trabajo nacionales e internacionales, esto ha posibilitado la firma de convenios con prestigiosas entidades que laboran en acciones a favor del medio ambiente, la educación ambiental y energética, la conservación de la biodiversidad, el trabajo comunitario y el desarrollo local.
Los resultados presentados, le han valido el reconocimiento y aval internacional de entidades como: La Red Iberoamericana de Medio Ambiente (REIMA, A.C.); Environment & Sustainability LLC; Fundación Panamericana de Cooperación Internacional para el Desarrollo Sustentable y la Oficina Regional de la UNESCO en Cuba, solo por citar algunas.
En este mismo orden, es merecedor del Premio Iberoamericano de Medio Ambiente «Dr. José Manuel Mateo Rodríguez» 2023, en la categoría de Proyecto Comunitario. Y está nominado al UNESCO-Japan Prize on Education for Sustainable Development y a los Premios Academia de la República de Cuba.
Para concluir, podemos plantear que el Museo Escolar de Historia Natural Antonio Núñez Jiménez, posee un trabajo sistemático que devela su meritoria contribución a la formación de docentes, infancias, juventudes y comunitarios en el conocimiento y el amor a la naturaleza, promoviendo el establecimiento de relaciones colaborativas entre los representantes del territorio, las comunidades y los sectores académicos, culturales, sociales y económicos, en función del desarrollo local y por consiguiente, en el avance de la gestión municipal hacia territorios más sustentables y resilientes.
Directora del Museo Escolar de Historia Natural “Antonio Núñez Jiménez”